Es grande, cómoda y siempre tiene ese olorcito
especial a comida a casera. El living
bastante espacioso les queda grande durante los días de la semana, pero
apretado los domingos cuando toda la familia se reúne para compartir un buen
momento.
El patio con jardín permite descomprimir la mesa una
vez terminado el almuerzo. Los nietos
más chicos salen corriendo a jugar a la pelota mientras que las nenas aprovechan
que la abuela les deja cortar algunas hojitas de las plantas para hacer
“experimentos”.
Las habitaciones, que quedaron intactas de aquellos
años en que era una casa de familia numerosa, son usadas los domingos por algún
hijo o nuera para dormir un rato la siesta. Aunque a veces, su nieto mayor
también la usa como lugar de estudio.
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