jueves, 21 de noviembre de 2013

Un boom que llegó a los barrios

  El boom de la construcción en la ciudad de Rosario es un hecho, desde ya hace más de diez años, decenas de edificios se levantan anualmente en el centro, macrocentro y también en los barrios rosarinos. Los motivos de su masificación son varios, aunque existe uno que se lo podría considerar como el principal, la grave crisis política, social y económica que sufrió el país en diciembre de 2001. Aunque suene contradictorio, quienes  en ese entonces tenían una cantidad de dinero importante ahorrado bajo la almohada-que habían logrado escapar del corralito- tras la caída de la convertibilidad dejaron de creer en el banco y decidieron invertir en la construcción.

Imagen tomada desde la torre de la terminal de ómnibus (Santa Fe y Caferata)
  Al igual que toda la ciudad de Rosario, el barrio Echesortu, comprendido por las calles Santa Fe, Avenida Francia, Avenida Pellegrini y las vías del ferrocarril Belgrano, se vio fuertemente modificado por la masiva construcción. La constante edificación generó cambios tanto a nivel social en los vecinos y comerciantes de la zona, como obviamente a nivel paisajístico rompiendo con la fisonomía habitual del barrio.

   En algunas zonas específicas tales como los alrededores de la Facultad de Medicina- ubicada en Francia y Santa Fe- se construyó mucho más que en otras debido a la demanda de los estudiantes provenientes de otras ciudades, pero ninguna zona pudo escapar del boom de la construcción. Calle Mendoza entre Francia y Avellaneda fue otra de las más afectadas, en ese tramo, se realizaron en los últimos cinco años más de quince edificios.

Edificio en construcción (Caferata y zeballos)
  Según fue revelado en un  informe realizado por la Fundación del Banco Municipal, compuesto en base a estadísticas oficiales de las diferentes reparticiones públicas, en Rosario entre enero de 2000 y diciembre 2011 se autorizaron un total de 8.119.633 metros cuadrados, lo que implica 6,8 metros cuadrados por habitante.  Del total autorizado, un 73.6% corresponde a lo que refiere obra nueva, mientras que el 26,4 % restante corresponde a ampliaciones de obras existentes.

  En términos de superficie, en 11 años se han autorizado en Rosario el equivalente a 4,5% de la superficie total de la Ciudad, y al 6,8% de la superficie total urbanizada. Números que muestran por si solos el gran avance de la construcción en los últimos diez años. Otro dato interesante, es la caída que ha tenido el rubro “univiviendas”, reflejando cómo el fenómeno de la construcción se ha orientado principalmente a edificios.

 
Imagen tomada desde la torre de la terminal de ómnibus

La masiva construcción que se dio en la última década en el barrio Echesortu trajo consigo consecuencias enfrentadas, para los vecinos negativas y para los comerciantes totalmente positivas. Según revela una encuesta realizada a vecinos y comerciantes de la zona  de los veinte vecinos consultados, quince dijeron tener graves inconvenientes a partir de la construcción. Por otro lado, el total de los comerciantes encuestados ven al aumento de edificios como un hecho positivo ya que eso significa mayor cantidad de clientes.

Uno de los comerciantes consultados fue Saúl Eluk, el presidente del Centro Comercial Paseo Echesortu, quien manifestándose a favor de la construcción indicó que “hay que aggionarse a la época, al momento y a la sociedad, sino que la gente se vaya a vivir a las localidades vecinas”. Además, expresó que en cuanto a las ventas fue notorio el crecimiento a partir del boom de la construcción.

 Un punto en común negativo señalado por el total de los encuestados, tanto vecinos como comerciantes, es el incremento de la contaminación sonara debido especialmente a las máquinas ruidosas que se utilizan. Además,  la dificultad para encontrar un lugar donde estacionar el auto es otra de las desventajas, sobre esta problemática Eluk expresó una posible solución planteada a la Municipalidad de Rosario.


Finalmente, a partir de recorrer el barrio y dialogar con sus vecinos y comerciantes puede concluirse que el avance de la construcción tanto en el barrio Echesortu, como en todo Rosario es un hecho innegable que se da por el avance de la sociedad misma. Un cambio que se produce en base a las necesidades y exigencias de los mismos ciudadanos de una Rosario que se encuentra en pleno crecimiento. La preservación del entorno barrial, el patrimonio histórico y los espacios verdes son puntos fundamentales que la industria de la construcción y los gobernantes deben tener en cuenta para permitir el progreso pero no la transformación hacia una ciudad de cemento sin identidad ni historia.

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